domingo, 4 de septiembre de 2016

JOSÉ EMILIO PARDO DE FIGUEROA



Para él fue una honra que el General Pareja, don Juan de Antequera, don Casto Méndez Núñez, don Juan Bautista Topete y don Miguel Lobo, le consideraran como amigo y no como subordinado militar.


JOSÉ EMILIO PARDO DE FIGUEROA Y DE LA SERNA
(Medina-Sidonia 30.12.1834 – Cavite 28.1.1872)

Comandante de Infantería de Marina, Teniente de Navío de la Armada, Cruz del Mérito Naval, Cruz de la Marina.

Fueron sus padres, José Pardo de Figueroa Manso de Andrade (´Arcos 1800 – Medina Sidonia 1890) y María Luisa de la Serna Pareja (Medina Sidonia 1805-Medina Sidonia 1882), de cuyo matrimonio, celebrado en 1827 en Medina-Sidonia, nacieron varios hijos, Mariano (*1828), Francisco (*1830), Josefa (*1833), José Emilio (*1834) y Rafael (*1838).

Su hermano mayor, Mariano Pardo de Figueroa de la Serna (Medina Sidonia 1828-Medina Sidonia 1918), escritor, cervantista y gastrónomo, que por su defensa de la naciente filatelia fue nombrado Cartero Honorario de España, alcanzó cierta popularidad en su época utilizando el seudónimo de Dr. Thebussem (Embustes), y que publicó en el año 1873 “Algunos escritos del Teniente de Navío D. José E. Pardo de Figueroa” dándonos a conocer la obra de su hermano, que también escribía con seudónimo.



Fue nieto paterno de José Pardo de Figueroa y Yuste de la Torre (*Arcos 1756), casado en 1793 con Vicenta Manso de Andrade y Moreno Fontiveros (*Medina Sidonia 1760).

Fue nieto materno de Francisco de la Serna y Montes de Oca (*Medina Sidonia 1775), casado en 1796 con Rosa Pareja Pérez Dávila (*Medina Sidonia 1769).

CRONOLOGÍA

1848-1864

El día 4 de julio de 1848, ingresa en la Escuela Naval Militar; en sus primeros años de guardiamarina sirve en el Apostadero de la Habana, embarcado en la urca Pinta y en las fragatas Cortés y Perla; en 1854, asciende a guardiamarina de 1ª, y dos años más tarde, por R.O. 27.8.1856 es promovido al empleo de Alférez de Navío.

Cuatro meses de licencia para Medinasidonia al Alférez de navio don José Pardo de Figueroa. [El Lloyd español 14/1/1863, página 1].


El día 1º de octubre de 1863 fue promovido a Teniente de Navío.

Han sido promovidos a teniente de navio los alféreces de igual denominación D. José Pardo de Figueroa y de la Serna, D. José Iñiguez y Hernandez Pinzón y D. Agustin Delaville y Regnam. [La Correspondencia de España. 5/10/1863, n.º 1.949, página 1].


1865-1866
En los últimos días del año 1864 la fragata Numancia fue puesta a las órdenes del capitán de navío don Casto Méndez Núñez y destinada a la Escuadra del Pacífico... uno de sus jóvenes oficiales era el teniente de navío Pardo de Figueroa.

VIAJE DE LA NUMANCIA (1865-1867)

Por fin quedó lista el 3 de Febrero de 1865, y el 4 por la tarde se despidió de Cádiz y de España, ocultándose entre las brumas de la mar y el inmenso penacho de humo que señalaba a los gaditanos el camino que llevaba la Numancia. …

El dia 8 reconoció las Canarias y pasó a vista de Santa Cruz de Tenerife. Siguió su rumbo, y sin que la mar estuviese alborotada, daba la fragata balances extraordinarios, pronto se acostumbró á ellos la tripulación, y los resbalones y caídas que producian provocaban la risa de los afortunados que habian tenido en donde asirse. El 13 llegó a San Vicente de Cabo Verde, tomó su carbón, y el 17 salió para Montevideo. Los tiempos en esta travesía fueron favorables a la Numancia, y el 13 de marzo llegó al Rio de la Plata.


Fragata Numancia


Méndez Núñez, infatigable como siempre, alistó su fragata, y el 2 de Abril emprendió el viaje con rumbo al Estrecho de Magallanes.... El 28 tocó en Valparaíso, y el 5 de mayo arribó con toda felicidad al Callao, en donde se unió a la escuadra que mandaba el inolvidable cuanto desgraciado general Pareja. En aquel puerto, frecuentadísimo por buques de todas las naciones, llamó la atención el viaje de la Numancia. Los marinos extranjeros la visitaron con interés, los papeles se ocuparon de tan audaz viaje, y cundió por la América, por la Europa y por el mundo entero la feliz empresa que la blindada española había llevado a cabo ...

El día 6 de diciembre se declara la guerra a Chile, muerto el general Pareja, debe asumir el mando de la Escuadra el capitán Méndez Núñez, y la fragata Numancia pasa a ser mandada por su segundo comandante el capitán de navío don Juan Antequera.

hacia Valparaíso, adonde llegaron el 14 de marzo. El 31 tuvo lugar el bombardeo de aquella ciudad, en el que no tomó parte la fragata, porque nuestro almirante (Méndez Núñez), que todo era bizarría, no quiso que un buque propio para la guerra estrenase sus cañones ofendiendo sin ser ofendido. Alzado el bloqueo de Valparaíso el 14 de abril, se dirigió la Numancia a Lima con toda la escuadra, y llegó a su puerto del Callao el 25. El almirante español no rompió el fuego sobre la plaza, como podia haberlo hecho, sino que dio algunos días de término, pasados los cuales llegó el 2 de mayo de 1866 y se dio el combate del Callao. No es para artículo de periódico el describir aquel hecho de armas, y concretándonos a la Numancia sola, baste decir que fue la primera que rompió el fuego y la que al principio de la acción resistió el de todas las baterías peruanas que montaban cañones de los calibres más gruesos conocidos. Méndez Nuñez, que estaba embarcado en ella, dirigía el combate; sereno, tranquilo e impertérrito, aproximó su buque hasta vararlo frente a las baterías; las máquinas infernales que el enemigo había sembrado por el fondo, quedaron destruidas por la hélice de la Numancia. Cayó Méndez Núñez al recibir nueve heridas; y sin noticiar tamaña desgracia a la escuadra, siguió el combate dirigido por el mayor general D. Miguel Lobo y por el comandante de la Numancia, D. Juan Antequera. A las cinco horas de fuego, ya no contestaban las baterías enemigas...


El brigadier Méndez Núñez es herido a bordo de la fragata Numancia


El día 10 de Mayo de 1866, habiendo reparado sus averías, la Numancia con la Berenguela, la Vencedora y el Marqués de la Victoria, a las órdenes del capitán don Manuel de la Pezuela, emprendieron el viaje a Manila. Siete meses de penosísima campaña llevaba la fragata.

El 18 de julio de 1866 abandonó la Numancia las tranquilas aguas de Otahiti, llevando su tripulación muy mejorada (del escorbuto) y con gratísimos recuerdos de aquella hospitalaria tierra. Emprendió su viaje a Manila, arrastrándose con trabajo al solo impulso de sus pocas velas, pues no tenía carbón suficiente para andar a máquina las dos mil leguas que aun faltaban para llegar a las Filipinas. En circunstancias en que cualquier buque andaba 10 o 12 millas por hora, la Numancia sólo andaba tres o cuatro; y así, a costa de días y días, llegó al deseado puerto de Manila el 8 de Setiembre. Allí, en tierra ya de España, le hicieron un recibimiento honrosísimo. ...


1867
En enero zarpan para la posesión francesa de Batavia, allí visitan a un príncipe javanés; posteriormente fondean en Simon's Bay en Cabo de Buena Esperanza, y realizan una excursión a Ciudad del Cabo; pasan por la isla de Santa Elena; en junio llegan a Río de Janeiro.

Hay cerca de Janeiro un monte elevadísimo que se llama el Corcovado, y subir a él es una bonita expedición.— Se va a caballo en tres horas de camino, y desde la azotea que hay en su cima es el golpe de vista más sorprendente que puede imaginarse.—Ni el Vesubio de Nápoles, ni el Campanile de Florencia, ni el cerro de los Amancaes de Lima, ni la Giralda de Sevilla, ni la torre de San Pedro en Roma, que son las alturas que he visitado, presentan un cuadro tan admirable como ésta.—La inmensa bahía de Janeiro, sembrada de islas, y cada isla de casas; la ciudad, los arrabales, la mar, los barcos, los fuertes erizados de cañones, todo visto en junto v de una vez, hace que se olvide el trabajo que cuesta trepar hasta la cúspide del Corcovado.


El cerro del Corcovado antes de la estatua del Cristo Redentor


En agosto amarran en Bahía; a finales de ese mismo mes zarpan para Cabo Verde; el 11 de septiembre zarpan de la isla de San Vicente, y el día 16 atracan en Santa Cruz de Tenerife; finalmente llegan a Cádiz el día 20 de septiembre.

Hasta la fragata se mostraba loca de placer andando con más velocidad que nunca Por último, llegó el práctico y tomó la dirección del buque.—¡Cuántas preguntas se le hicieron! Unos por sus familias, otros por el cólera, otros si habia toros, quién por la cosecha de trigo, de uvas o de melones y por la de vino de Sanlúcar; aquél si daban operas o comedias en el teatro ...

Sus convecinos le ofrecen un homenaje...

El casino de Medina-Sidonia dio el domingo último una espléndida comida al teniente de navio D. José Pardo de Figueroa, natural de dicha ciudad, por su feliz regreso, después de haber hecho la campaña del Pacífico a bordo de la fragata Numancia. También se celebró por el espresado motivo uaa solemne función de iglesia, repartiéndose además limosnas a los pobres y familias más necesitadas. [El Pabellón nacional (Madrid). 17/10/1867, página 2].


1871
En el mes de enero, es nombrado Comandante de la goleta Animosa (510 toneladas de desplazamiento y máquina de 100 c.v. nominales, que le proporcionaba una velocidad de 8 nudos, y un armamento de 2 cañones rayados de 16 cm y 1 de 12 cm).

Han sido nombrados comandantes del vapor Vulcano y de la goleta Animosa, de nuestra marina de guerra, el capitán de fragata D. Emilio Barreda y el teniente de navío D. José Pardo de Figueroa, respectivmente. [La Época (Madrid. 1849). 11/1/1871, n.º 7.171, página 3].


1872
Atacado por la viruela, es asesinado el día 28 de enero por los sublevados indígenas, en el pueblo de San Roque, que estaba próximo al arsenal de Cavite. Tenía 37 años de edad.


Sus hijos guardáronle el piadoso secreto de la causa del fallecimiento de su hijo, el bizarro teniente de navío D. José Emilio Pardo de Figueroa, a quien lloraba muerto de enfermedad natural en el pueblecillo de San Roque, a una milla escasa del arsenal de Cavite, cuando, postrado en el lecho por grave y cruel dolencia, fue vilmente asesinado por los indios en la revolución de Manila del 1872.



Guillermo C. Requena


Fuentes:
  • Hemeroteca Digital.
  • Caballeros de la Orden de Santiago que efectuaron sus pruebas de ingreso durante el siglo XIX. Escrito por Vicente de Cadenas y Vicent. Revista Hidalguía 1993.
  • Algunos escritos del Teniente de Navío don José Emilio Pardo de Figueroa ordenados y anotados por el doctor Thebussem. Madrid 1873.


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